De
nuevo volvemos a encontrarnos. Vuelve esa vocecita incómoda que te asalta una
noche, esa noche….ésta noche.
Budapest, 4/X/2015, 0:57.
“Supongo que Dante ya te lo habrá dicho,
pero bueno, me vuelvo a Buenos Aires. Cuando sepa dónde voy a estar te mando la
dirección. Yo sé que te vas a calentar, pero por favor papá, trata de n
cabrearte. Me gusta Madrid, me gusta vivir con vos…no nos llevamos tan mal después
de todo. Te voy a extrañar…a Dante también, los voy a extrañar mucho a los dos,
pero me tengo que volver. No sé muy bien porqué, no sé qué es lo que tira tanto,
no sé qué es lo que extraño, no sé si extraño…los techos, pueden ser los
techos. Los tejados de las casas son muy feos, cuadrados, blancos con tanques
de agua puestos como a boleo, como que la gente no les da bola, como que la
gente los desprecia, como si los tejados no fueran parte de la casa…en Madrid
los techos son hermosos; hay tejas, hay chimeneas, hay de colores. No se puede
comparar. Pero a veces extraño los techos de Buenos Aires, es una boludez, pero
me pasa” Martin (Hache). (Nota
mental: hacer las citas más cortas).
Es en tierras lejanas, aunque pueda
sonar a tópico, cuando verdaderamente se aprecian los detalles de la patria, de
los tuyos: aquí los techos son horribles, terriblemente grandes, tanto que a
veces los aprovechan para montar una invención a la que denominan “galería”, no siendo más que una planta
de madera que ocupa el espacio de arriba de la habitación, facilitando su
acceso mediante una escalera. Resultando que en la misma habitación hay el
doble de espacio, permitiendo que haya salón y una habitación encima.
Hay tantas cosas sobre las que escribir,
que abruma solo el hecho de pensarlas, pero amigos, ¡os digo la verdad! Debéis viajar,
viajar y conocer, conocer. Cualquier relato que leáis, que oigáis…se quedará
siempre corto respecto a las maravillas ocultas en este mundo.
Ahora amigo lector, que ya he conseguido
engatusarte con mis dulces palabras, tal como hace el trilero, presta atención
al tema principal de este humilde escrito.
Vivimos, viven, una situación política
muy delicada en España, sin precedentes en toda nuestra historia y es ahora,
poco a poco, con la amistad del tiempo con la que debemos reflexionar. Los
momentos más importantes de nuestra historia reciente. Ya estamos capacitados
para que la labor de sociólogos, economistas, antropólogos, críticos,
periodistas dejen paso a la labor del historiador, a esa ardua tarea de
análisis profundo de una sociedad, de un tiempo (que no de un instante) y sirva
este humilde análisis de una circunstancia para la labor de una radiografía
española. Porque ahora es el momento de concienciar a todos nuestros
conciudadanos de la situación espacial y temporal de nuestro estado.
Estamos al borde del colapso, la crisis
no hace más que acentuarse y asistimos a la entrada de la más peligrosa de las
vorágines. Tenemos en una Comunidad Autónoma, a un aproximadamente 50% de
población que está dispuesta a la Independencia y a formar un nuevo estado, de
cero; no hablaré aquí de las circunstancias, ni razones, ni causas a las que se
debe esto. El hecho objetivo es este, hace 5 años era algo presente, latente
pero en vías de extinción, la unidad del Estado era un tema incuestionable, las
personas que se atrevían a cuestionarla eran juzgadas públicamente por los
medios de comunicación…etc.
Hagamos una radiografía de los años de
la burbuja económica, más concretamente de los políticos. Esa época en la que
se desarrolló la corrupción generalizada, con honrosas y pocas excepciones.
Asistimos a la globalización, al proceso
en que España deja de ser España, para convertirse en una parte más del
imperio. Del imperio cultural anglosajón. Analicemos los políticos y en
especial a dos figuras: José Luis Rodríguez Zapatero y José María Aznar. Líderes
de los dos partidos que se reparten el poder.
Campañas electorales, publicitarias como
éstas:
¿Hasta cuándo vamos a seguir
consintiendo esto? Hacemos el ridículo universal. El Obama español lo hemos
tenido durante más de 5 legislaturas, unos presidentes ridículos sin ningún
programa político que desarrollar. Los peor preparados, los más imbéciles, que
vaya usted a saber, amigo lector, cómo se las apañaron para llegar a lo que
supone debiera ser el máximo puesto en un país, es decir, el representante
máximo de todo un estado.
No podemos seguir permitiendo esta
inmensa degradación. Y estamos en un momento decisivo de nuestra historia,
tomar decisiones nunca fue más difícil, pero tampoco fue tan importante como es
ahora, elegir una opción. Por otro lado en Cataluña tenemos a Podemos que se ha
pegado una señora torta por intentar hacer política, POLÍTICA, no entrar en el
banal (y tan importante a la vez) enfrentamiento España sí/España no.
Pero la puta cuestión de fondo, la maldita
duda que queda es: ¿Por qué tenemos a los peores políticos posibles? ¿Dónde se
encuentra lo mejor de la sociedad? ¿Por qué no están los mejores representándonos?
Alguien dijo que un pueblo tiene la política que se merece, no quiero creerlo.
¿Quién está dilapidando al país?
Debo confesar que en estos últimos días
me ha entrado una cierta responsabilidad de Estado, pero me reconozco
insuficiente y desinteresado para estas tareas. ¿Contradicción? Es posible, sí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario